jueves, 28 de agosto de 2008

Alcanzar la cima

Alcanzar la cima no siempre es llegar a lo más alto. Es llegar al punto maximo, sí, pero no tiene porque ser físico. Es decir, no tiene que ser necesariamente llegar a un lugar. En mi caso me di cuenta que habia llegado a la cima de mi vida cuando me detectaron mi enfermedad. Y ese momento fue agotador, como si hubiera estado escalando la montaña más alta. Todo lo que vino después fue cansador, pero luego sentí una enorme felicidad como la que siente quien conquista el pico más alto de una montaña.
Años despues decidí que tenia que alcanzar otras cimas, como si el haber vencido el linfoma me daba superpoderes para alcanzar lo que yo quisiera. Lo que yo no sabía es que era cierto.
Me inscribí en un curso y tomé lecciones de seguridad para sacar mi carnet para escalar. Comencé entrenar y a ir de excursiones. Escalé de manera gradual las sierras de Tandil y las de Cordoba. Nunca una gran montaña, pero los lugares a los que subí fueron prueba suficiente de que yo lo logré.
No conforme con ello subí haciendo treckinga a dos volcanes en Italia, y una vez más me demostré a mi misma que yo podía alcanzar las metas que me proponía. Vencí el linfoma y sigo adelante, o mejor dicho hacia arriba.
Hoy estoy alejada de las cuerdas y los mosquetones, pero conservo hermosos recuerdos y amistades, y no descarto desempolvar el arnes para aventurarme hacia las alturas proximamente.-

Charlas informativas - Tratamientos actuales para los Linfomas

lunes, 25 de agosto de 2008

EL MEJOR PIROPO DEL MUNDO


Esta mañana al pasar frente a la obra en construccion de la esquina, me dijeron un piropo. Yo habia visto el grupo de obreron en la calle esperando deseosos de ser tomados para el empleo, y pensé temerosa para mis adentros "uy! que no me digan nada..." En lugar de caminar por el medio de la calle como lo hago habitualmente (x aqui casi no circulan autos) preferí hacerlo por la vereda de enfrente para mantenerme lo más lejos posible. Pero uno de ellos se me acerco y yo vista al frente como siempre, ni lo miré. Para mi sorpresa me dijo mejor piropo que alguien me podia decir. El dijo "cuanta salud!" y no pude evitar sonreir. Lo miré, se lo agradeci y seguí caminando. Los 20 metros que faltaban para entrar a mi trabajo los hice con una amplia sonrisa y pensando que nunca hubiera pensado que me iba a hacer tan feliz que alguien me dijera que me veo saludable.

La vida cambia, uno cambia y aunque todas las mañanas me cepille el cabello y me ponga un poco de maquillaje, la verdadera belleza es la interior.-









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